Todos los individuos tenemos una personalidad y actualmente las organizaciones también. Sin embargo no podemos “ver” ni “hablar” con una empresa o institución, entonces ¿de qué forma una organización puede transmitir su personalidad?
La respuesta está en su Identidad Corporativa, gracias a esta podemos ver el “rostro” de la organización, es decir su logotipo, que nos muestra su carácter y estilo. Asimismo podemos conocer más acerca de ella por sus piezas gráficas, fotografías y hasta podemos escucharla y leerla en sus anuncios, música y el diálogo de cada uno de los que la comprenden.
Por esta razón, se deben definir todas estas características con la finalidad de lograr transmitir esa personalidad, consiguiendo así una identidad sólida, reconocible y uniforme en todo momento.
De lo contrario puede ocasionar confusión en los clientes o impedir el posicionamiento de la marca.
Ejemplo de lo que NO se debe hacer:
Tenemos a la empresa Lasagnax Perú que reparte lasagnas y pastas a domicilio. Los clientes llaman a un teléfono, realizan su pedido, lo reciben a domicilio y pagan en efectivo.
Los clientes reciben su pedido en un empaque de tecnopor común, sin ningún distintivo de la empresa. En la boleta figura el nombre “PASTERINNI Y RIMOLIROCHE S.A.” y adjunto viene un volante con el logo y fotografías de los platos que lucen muy diferentes a los que el cliente está recibiendo.
Si uno busca en Google solo aparecen enlaces de la competencia y si se ingresa directamente al sitio Web “lasagnaxperu.com” los colores utilizados son diferentes a los del volante (sin mencionar el tipo de letra), el logotipo es otro y la información allí está desactualizada. Al buscar en facebook encuentras una página sin ninguna publicación reciente ni comentarios de clientes satisfechos.
Finalmente, al llamar por teléfono uno es atendido con un simple “aló” sin ninguna formalidad o diálogo predefinido.
Solución:
Un correcto manejo de identidad corporativa partiría por hacer un buen estudio de mercado, diseñar un logotipo a la medida del negocio, definir los colores corporativos, los tipos de letra, aplicar un diseño uniforme a todas las piezas gráficas, definir un diálogo telefónico para atención al cliente, mantener actualizados el sitio Web, las redes sociales, tarjetas, volantes, empaques o cualquier otro objeto que se le entregue al cliente, utilizar correos empresariales, definir el estilo fotográfico de la empresa, la música a colocar en los locales, etc.
¿Para qué sirve todo esto?
Pues para posicionar la marca del negocio. Decir: “Aquí estamos. Estos somos nosotros. Somos únicos y diferentes de cualquier otro negocio.” De esta manera todos los clientes tendrán una imagen sólida de su organización, comprenderán el mensaje (valores, conceptos, estilos, etc.) que desea enviarles con mayor rapidez, sentirán mayor confianza en ella, será fácil de reconocer, etc.
Una organización con un buen manejo de identidad corporativa tiene la capacidad de llegar a mayor cantidad de público.