Primero buscamos identificar a quién está dirigido el sitio web y cuál es la reacción que esperamos que resulte del uso del sitio web. De esta manera y teniendo los contenidos que hayas creado para tu sitio Web nosotros podremos definir la distribución de los elementos y dónde incluirlos. Cada pedazo de contenido se analiza para todo ello y de esta manera definimos de qué forma va a funcionar el sitio web.
Por ejemplo si para tu nuevo sitio Web deseas vender productos y particularmente quieres darle promoción a los productos que más salida tienen, pues podemos colocar en la página de inicio los productos más comprados, de promoción o en oferta directamente para que el usuario, que ya es cliente, pueda darle clic en comprar y para el usuario que recién llega a tu sitio Web pueda darle clic para ver más información del producto antes de comprarlo.
Un mal ejemplo de cómo aplicar esto, sería colocar en la página de inicio solamente fotos y no los productos en sí, obligando al usuario a investigar un poco más (si es que sigue manteniendo el interés) para encontrar los productos por los que seguramente llegó a tu sitio Web.
Entonces cada parte del sitio Web la diseñamos de acuerdo los objetivos de marketing que tengas.